Una vez ocurrida la Luna Llena el pasado 27 de julio, con el agregado de que esa Luna se eclipsó en Acuario acompañando a Marte en ese signo, empezó enseguida su recorrido de despedida, donde irá menguando, decreciendo poco a poco, para desaparecer y luego volver a nacer y a crecer.
Este recorrido será muy especial
La Luna marca normalmente ciclos mensuales que se abren y se cierran, pero cuando hay eclipses de por medio, esos ciclos crecen en intensidad, su duración (en cuanto a los efectos transformadores que nos traen), llegan hasta seis meses.
La Luna viene de eclipsarse en Acuario, y ahora en su recorrido menguante (que abarca la mitad de la rueda zodiacal) se encontrará con el Sol que la hará desaparecer en Luna Nueva, pero en esta ocasión, también nuestro satélite tapará al Sol (aunque parcialmente) para provocar el eclipse solar que ocurrirá el 11 de agosto en el signo de Leo.
Yo llamo a este recorrido menguante de la Luna, el recorrido de la despedida. Se trata de un cierre de ciclo intenso, profundo, porque luego vendrá un largo renacimiento, un nuevo brillo, una nueva energía.
Despidámonos de nuestros viejos hábitos, de aquellos propósitos que ya perdieron sentido en nuestras vidas, vayamos desapegándonos de todo aquello que ahora está caducando y desmoronándose en nuestras vidas y en nuestro medio ambiente.
Luna en Piscis
Este domingo 29 de julio, ya menguando, la Luna entra a Piscis y allí adquirirá gran potencia en sus cualidades, relacionadas con la exaltación emocional, la creatividad y la inspiración, y estas características han de llegar a su máximo nivel porque la Luna tocará a Neptuno, que se encuentra en Piscis, que es su regente, por lo que nuestro poder psíquico, creativo y espiritual llegará a su más sublime expresión.
De Piscis pasará a Aries el miércoles 1 de agosto
Y pasamos de un signo en el que el cierre de ciclo es más interno y toca más al subconsciente, a uno como Aries, que nos dinamiza físicamente, y donde el cierre de ciclo nos lleva a dar inicio a la conclusión de todas aquellas cosas que tenemos pendientes.
Pero cuidado, el toque de la Luna con Quirón que está en Aries, puede traernos algunos sinsabores que debemos evitar que nos afecten demasiado.
Luego, el viernes 3 de agosto la Luna adquiere de nuevo un fuerte poder que se manifiesta de una forma más práctica en Tauro, dotándonos de estabilidad emocional y fuerza de voluntad.
Sin embargo, esa estabilidad pueden quebrantarse un poco cuando la Luna toque a Urano que está en Tauro, y nos traiga sorpresas, hechos de impacto, y también nos influencie para tener visión de futuro y nos haga salir de moldes rígidos. Aquí el cierre de ciclo lo podemos aplicar al manejo de nuestra economía y asuntos materiales.
En su tránsito por Tauro, la Luna entrará en su momento exacto de Cuarto Menguante
Aquí recibiremos el empujón que haga acelerar y definir con claridad nuestro cierre de ciclo, y a dónde nos ha de conducir, ya con la vista puesta en un nuevo objetivo y propósito. El momento exacto del Cuarto Menguante será el sábado 4 de agosto.
El domingo 5 de agosto llega la Luna, ya bastante menguada, a Géminis. Ahora nos toca un cierre de ciclo en nuestros aprendizajes pasados, es momento de reiniciarnos, de borrar aprendizajes que ya no son válidos en nuestra vida, y limpiar la mente con miras a los nuevos aprendizajes que habremos de recibir. Mercurio en su fase retrógrada (que espera a la Luna desde Leo) nos ayudará también en este propósito.
El miércoles 8 de agosto, ya muy disminuida, llega la Luna a su casa, donde mejor se siente, al signo de Cáncer
No importa que esté disminuida, porque su vitalidad en cambio, va en aumento; se prepara para volver a nacer, y qué mejor que el vientre materno canceriano para hacerlo; allí puede prepararse para un cambio profundo de hábitos, y para una revisión a fondo de sus emociones y sus apegos.
Finalmente, la Luna se prepara para entrar al signo que rige el astro que la hará desaparecer por algunos días, entra a Leo, donde rige el Sol; estará el astro rey esperándola.
Eso pasará el viernes 10 de agosto. En su recorrido por Leo, primero se cruzará en su camino con el Nodo Norte, que le indica a esta Luna Nueva que tiene una misión, un aprendizaje, por eso le tocará eclipsar al Sol, enfrentarse a su poder; el Nodo Norte la llama a desprenderse del pasado y dar el salto hacia lo nuevo.
Antes de llegar a su destino final, que paradójicamente será su nuevo inicio, la Luna se cruzará en el camino con Mercurio, que viene de retroceso, y allí se hará intenso ese reinicio de ideas y de aprendizajes, muy acoplado a lo que propone el Nodo Norte.
Y finalmente, el sábado 11 de agosto la Luna se funde con el Sol, desaparece y llega la Luna Nueva, y a la vez la Luna tapa una parte del disco solar, y provoca un eclipse de Sol del cual hablaremos la próxima semana.