Varias son las personas que aseguran haber visto fantasmas, si entendemos estos como personas fallecidas que se aparecen ante sus ojos.
¿Por qué creemos ver fantasmas?
Y no sólo personas anónimas, algunas célebres figuras como Winston Churchill o Arthur Conan Doyle contaban que habían experimentado ante sus ojos estas apariciones. ¿Existe alguna explicación a esto?
A ciencia da varias. Algunas experiencias paranormales son fácilmente explicables, según recoge David Robson en BBC.
Sufrir daños en ciertas regiones del hemisferio derecho del cerebro o ciertas formas de epilepsia están detrás de que haya gente que, efectivamente, cree haber experimentado un poltergeist en su hogar o cree haber visto sombras frente a ellos.
Experiencias extracorporales
Las experiencias extracorporales son hoy aceptadas como un fenómeno neurológico, mientras que determinadas ilusiones ópticas podrían confundir, incluso, a un cerebro sano.
Estar exhausto, drogas, alcohol, engaños provocados por luces y sombras… son otros motivos que conducen a este tipo de visiones, que podrían explicar, por ejemplo, la del mencionado Churchill, que aseguró haber visto y hablado en la Casa Blanca al fantasma de Abraham Lincoln.
El reflejo de formas humanas en una ventana también puede tener una explicación.
El psicólogo italiano Giovanni Caputo comenzó a estudiar cómo era posible que él mismo viese, al lado de su reflejo, la figura de un anciano canoso reflejado en una de las ventanas de su casa.
El cerebro trata de rellenar información
La respuesta fue que el cerebro trata de rellenar la información que cree que falta construyendo formas alrededor de nuestro rostro. Los psicólogos que estudian estas apariciones desde el punto de vista de lo religioso sospechan que lo paranormal puede ser un escudo ante verdades mucho más duras de los rodea al sujeto.
Cuando sucede algo inesperado y traumático, como una muerte o un desastre natural, el cerebro trata de codificar la información y dar una respuesta en plena situación de caos.
En ambos casos, las respuestas pueden estar relacionadas con algo real, pero no ser reales, de ahí la creencia de que se puedan tener experiencias paranormales. Adam Waytz, psicólogo de la Northwestern University de Illinois, se apoya en la anterior hipótesis.
«Muchos rechazan que lo que ocurre a su alrededor y que el universo es azar, y prefieren buscar respuestas en lo paranormal». Tapani Riekki, de la universidad de Helsinki, en Finlandia, explica que esto hace que haya personas mucho más sugestionables que otras ante este tipo de fenómenos.
Creyentes en fantasmas
El propio Riekki ratificó su teoría comparando las respuestas de creyentes en fantasmas y no creyentes con un escáner cerebral. Algo que la Universidad de Amsterdam comprobó posteriormente con mismos resultados.
Los creyentes de lo paranormal tenían mayor capacidad para inhibirse cognitivamente y anular pensamientos no deseados ante extrañas coincidencias y sucesos con poca lógica.
Mientras que lo escépticos tienden a reír o pensar que es una coincidencia, los creyentes sustituyen lo lógico por respuestas ambiguas, pero igual o mayor confianza que los escépticos.
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