Que aporta la arcilla
Núria Langreo (Salud y belleza con arcillas, fangos y algas, Tikal, Barcelona, 2000) sostiene que la arcilla es uno de los mejores aliados y protectores de la salud. Poderoso desintoxicante que limpia el organismo de toxinas perjudiciales, a la vez remineraliza por los oligoelementos que contiene.
Previene, cura, tonifica y calma, descongestiona, alivia, cicatriza, purifica, absorbe y desinfecta.
Excelente depurador y regenerador de la piel, de las estructuras óseas y de los órganos internos, la arcilla se opone a los procesos patológicos que llevan a los tejidos del cuerpo al endurecimiento y la esclerosis, bebida o utilizada externamente ayuda a frenar el envejecimiento:
«El selenio y el litio, oligoelementos presentes en la arcilla, ayudan a ralentizar el envejecimiento».
Todas las arcillas contienen en su bioquímica los minerales y oligoelementos indispensables a todo ser vivo, desempeñando importantes funciones en el cuerpo.
Siguiendo a Núria Langreo, la arcilla aporta
- Sílice (agente remineralizador y anti-tóxico, importante en los terrenos óseo, vascular, nervioso y respiratorio, actúa sobre las fibras elásticas y en la regeneración de los tendones y la piel)
- Magnesio (fundamental para el crecimiento de los huesos, permite la correcta asimilación del calcio, drena el hígado, es estimulador biliar, antiséptico y antioxidante, activa la regeneración celular y calma y re-equilibra psíquicamente)
- Calcio (importante en la formación y conservación de huesos, dientes y tendones, imprescindible en la coagulación sanguínea y en la regulación del sistema nervioso)
- Sodio (con potasio y cloro, regula el equilibrio de líquidos en el organismo)
- Potasio (complementa la función del sodio)
- Manganeso (forma parte de muchas enzimas y provoca la acción de otras en procesos antioxidantes y de producción de energía)
- Hierro (produce glóbulos rojos en la sangre, favorece la circulación y oxigenación del organismo e interviene en la generación de energía)
- Zinc (necesario para el sistema inmunológico, es imprescindible para el crecimiento, la formación de tejidos y la maduración sexual masculina).
Núria señala que la toma regular de una cucharadita de arcilla disuelta en un vaso de agua en ayunas contribuye a mantener los niveles necesarios de minerales en el organismo, previniendo cualquier carencia
«La arcilla trabaja allí donde hay disfunción, siendo un catalizador extraordinario en la fijación de aquellas sustancias que el cuerpo no supo retener (falta de hierro, vitaminas, calcio,…).
Aparte de su acción reguladora, purificadora y drenante, la arcilla enriquece la sangre, aumentando la cantidad de glóbulos rojos en caso de anemia, y la libera de toxinas y adherencias nocivas en las paredes arteriales».
Ejerce, además, una influencia beneficiosa sobre las diversas glándulas endocrinas (tiroideas, suprarrenales, sexuales), a las que estimula o modera según los casos.
Algunas indicaciones de la arcilla
La cura de arcilla está indicada para todas las edades y estados de salud, con las debidas precauciones y previa consulta al especialista si hay una enfermedad grave o tendencia al estreñimiento.
Para tratar amigdalitis, aftas o llagas en la boca, flemones y problemas de encías como gingivitis y piorrea, pueden hacerse gargarismos y enjuagues con la mezcla de una cucharada sopera de arcilla y una cucharadita de sal marina añadida a medio litro de agua caliente sin hervir.
La arcilla puede utilizarse también en forma de enemas: «Además de limpiar de toxinas el cuerpo, esta acción higiénica nos permite mantener en sano equilibrio nuestra flora intestinal y regular las deposiciones», en palabras de Núria Langreo, y para efectuar irrigación o lavado vaginal:
«Esta aplicación tan sencilla asegura una buena higiene del aparato reproductor femenino, desapareciendo la pesadez o malestar que producen las constantes inflamaciones en el bajo vientre en muchas mujeres. Es ideal para combatir micosis, vaginitis, cervititis, metritis, etc.».
Recomendaciones, precauciones y reacciones
Para reducir la cantidad de toxinas existentes en el organismo es conveniente que a un tratamiento de arcilla le preceda un mínimo de 10 días de infusiones purificadoras y alimentación sana, basada fundamentalmente en frutas y verduras y desprovista de carne, azúcar, alcohol y sustancias químicas.
El tratamiento con arcilla debe acompañarse, además, de hábitos alimenticios sanos y naturales. La arcilla no se adapta a la presencia de otras medicinas farmacéuticas, se ve por lo general anulada por los medicamentos, por lo que no es aconsejable combinar su acción con la de ningún tratamiento médico.
La arcilla enriquece la composición de la sangre, por lo que no es aconsejable tomar mucha si la presión sanguínea es elevada.
Como todo remedio natural que contribuye a fortalecer el organismo o a eliminar las sustancias que lo perjudican, pueden producirse reacciones desagradables. Por ello, antes de iniciar un tratamiento natural es conveniente informarse acerca de sus posibilidades y desarrollo recurriendo a la guía de un buen especialista.
Las personas con tendencia al estreñimiento que toman habitualmente aceites minerales (parafina) como laxantes, no deben tomar arcilla por vía interna ya que hay riesgo de que se produzca una oclusión intestinal.
Aunque suele ser inocua por vía interna, tiene alguna contraindicación en los casos de hipertensión arterial, oclusiones y hernias internas.
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