La Profecía del Kalachakra: Justicia contra Materialismo

Las escrituras del Kalachakra albergan una profecía que subraya un inminente choque entre las Fuerzas del Dharma, representantes de la Verdad y Justicia y las entidades que simbolizan la Barbarie y el Materialismo. Esta confrontación será seguida por una subsiguiente Edad de Oro.

Profecías del Kalachakra: La Ascensión de Rudra Chakrin y el Destino de Shambhala

Los venerados manuscritos del Kalachakra esbozan un espejo que refleja en simultáneo los destinos del vasto mundo y la linaje de sus Monarcas Celestiales.

Narran que en las brumas del siglo II antes de nuestra era, Manjush Rikirti, aquel insigne primer Rey Kalki, presagió el alba del Islam en las tierras de Mekha, a acontecer 800 lunas más tarde, en el período del décimo monarca Kalki, Samudra Vijaya. Proclamaban que esta fe en el Único Dios reverberaría hasta los postreros días del mundo.

Y he aquí que, efectivamente, Mahoma fue tocado por la revelación en la ciudad de La Meca —cuyos habitantes la nombran Makkah— en el corazón de Arabia, en torno al año 610 de nuestra era.

El oráculo prosigue relatando que bajo el manto del vigésimo primer Rey de Shambhala, Anidhura, conocido como «El Imperturbable», la llama del Budismo y las palabras del Kalachakra verían su resplandor disminuir en tierras asiáticas, prevaleciendo tal sombra hasta la llegada del último de los Kalki.

Los antiguos escritos del Kalachakra nos hablan con fervor de la colosal contienda entre las Legiones del Dharma —la Verdad y Justicia eternas— y los ejércitos del Desorden y el Materialismo, presagiando una Edad Dorada que surgirá tras el choque.

El yugo del Materialismo

De acuerdo con estas crónicas, el vigésimo quinto Rey Kalki, Rudra Chakrin, de sobrenombre «El Furioso Portador del Disco», emergirá en este mundo, desafiando y desmantelando el yugo del Materialismo. Mas, una pregunta se alza, ¿cuándo resonarán los ecos de tal proeza?

La tradición sostiene que cada Monarca de Shambhala gobierna un centenar de años, lo que apuntaría a la Gran Batalla en el año 2424, en los estertores del mandato de Rudra Chakrin.

No obstante, hay quienes murmuran que la llegada del vigésimo quinto Rey podría anticiparse. Susurran que quizás no todos los Reyes de Shambhala hayan visto el fin de su centuria, pues la muerte prematura pudiera haber truncado sus días.

Por mi parte, tras ponderar las estrellas y las cifras, estimo que tomando un promedio de 94 años de reinado para cada monarca, partiendo desde el año 903 antes de nuestra era, nos encontramos sorprendentemente en el año 2012 para la ascensión de Rudra Chakrin.

¿Podría ser, entonces, que nos encontremos ya en el umbral del crepúsculo profetizado por el Kalachakra?

Rudra Chakrin: El Renacer de la Justicia en Tiempos de Contienda

En la sombra de tiempos que anteceden al majestuoso reinado de Rudra Chakrin, el orbe terrenal se ve inmerso en tormentas de contienda y guerra, flagelado por el hambre, invadido por estupefacientes, asolado por pestes y aflicciones inauditas.

La Humanidad, con el alma despojada de la sacralidad, se inclina solamente ante altares de oro, lujo y dominio.

Mas, en el vasto firmamento se anunciará la venida de Rudra Chakrin con la manifestación de una imponente Rueda de Hierro Alada. ¿Será acaso este portento el que se revele en el último aliento del Calendario Maya, el 21 de Diciembre del 2012?

En el interludio de su dominio, dos facciones ávidas por el poder material se desafiarán hasta que una se proclame soberana. Este poder, en su vanidad y desconociendo la legendaria Shambhala, osará creerse único e invencible.

Empero, al descubrir el misterio de Shambhala, intentará subyugarla, provocando así que Rudra Chakrin y sus leales legiones traspasen los confines de su reino para enfrentar al audaz usurpador en una batalla épica.

Rudra Chakrin, en antiguos cantares hindúes, es evocado como el Kalki Avatara, un esplendoroso joven sobre un inmaculado corcel, empuñando una espada estelar, portadora de ruina y caos.

Su arribo augura el renacer de la justicia, inaugurando un ciclo de inmaculada pureza. Tal presagio halla ecos en las palabras del Apóstol Juan en su revelación:

Y el cielo se desgarró, revelando un caballo albo como la nieve y su jinete, llamado Fiel y Verdadero, era justicia en acción. Sus ojos ardían con el fuego del discernimiento y portaba múltiples coronas de autoridad. Portaba un nombre secreto, conocido solo por él.

Sus vestiduras estaban teñidas en sangre. Y se le proclamaba: EL VERBO DE DIOS. Y tras él, legiones celestiales en resplandecientes túnicas blancas, montaban corceles albinos.

De su boca surgía una espada afilada, destinada a someter naciones, y con un cetro de hierro las guiaría. Y marchaba, pisoteando el furor divino, y su manto y muslo proclamaban su título: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

Profecía Kalachakra: Del enfrentamiento de Rudra Chakrin hasta la Era Dorada

En tiempos antiguos, conforme a las ancestrales letras de la Profecía Kalachakra, se vislumbran vastos enfrentamientos en los cuales Rudra Chakrin, con su imponente Rueda Voladora, se enfrentará a los dominantes Señores Materialistas.

Se murmura de una contienda cerca de Mekha, paralelamente el Apocalipsis menciona el congregarse de los monarcas terrenales en la región conocida en la lengua hebrea como Armagedón —refiriéndose al Monte Meggido en las tierras de Israel—, donde se libraría otro combate.

Aunque en el imaginario occidental, Armagedón simboliza la definitiva lucha entre el Bien y el Mal, las antiguas letras Kalachakra sitúan este decisivo enfrentamiento al sur del Río Tarim, en parajes de Irán o Turquía.

Frente a la avanzada tecnología de guerra de los Bárbaros Materialistas, Rudra Chakrin deberá contrarrestar con sus majestuosas Ruedas Voladoras y con estratagemas más sutiles y refinadas que, al final, serán la clave de su triunfo.

La profecía narra que este monarca, en un éxtasis meditativo, conjurará un Ejército Mágico que confundirá y vencerá a sus oponentes.

Acompañando a este rey estarán las reencarnaciones de venerados Lamas, quienes durante centurias han recitado plegarias, anhelando renacer en el instante de la magna confrontación.

Se relata que aquellos iniciados en los misterios de Kalachakra se unirán al Ejército de Shambhala. Perecer en tal contienda otorgará el don de la liberación del eterno ciclo del Samsara.

Tras la caída de los Bárbaros, el alba de una Era Dorada iluminará al mundo, dando paso a mil años de una paz sin precedentes. Un eco de esto se encuentra en el Apocalipsis:

Allí, se contempla a la Bestia, a los monarcas terrenales y a sus legiones, preparándose para la lucha contra el jinete y su ejército. La Bestia y el Falso Profeta son condenados al lago ígneo de azufre. Los demás caen ante la espada del jinete, y las aves se deleitan con sus restos.

Se describe a un ángel descendiendo de los cielos, portando la llave del Abismo y una robusta cadena. Captura al Dragón, la ancestral serpiente, que es el Diablo y Satanás, y lo encadena por milenios, sellando el Abismo para evitar más engaños a las naciones…

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