La lección inquebrantable del gusano y el escarabajo

La lección inquebrantable del gusano y el escarabajo, InfoMistico.com

En una tranquila arboleda, el gusano y el escarabajo compartían horas bajo la sombra, inmersos en charlas que parecían no tener fin. A pesar de sus marcadas diferencias, habían forjado una amistad sincera.

Entre peligros y malentendidos: La travesía del gusano en busca de su amigo escarabajo

El escarabajo, siempre animado y de naturaleza inquieta, observaba cómo su amigo se desplazaba con lentitud y cómo su percepción del mundo se veía limitada por su naturaleza.

Por su parte, el gusano, en su pausado y meditativo ritmo de vida, a veces se asombraba de las extrañas costumbres del escarabajo, quien hablaba a mil por hora y se alimentaba de manjares que, para el gusano, resultaban poco apetitosos.

Una tarde, mientras el escarabajo se hallaba lejos, su compañera lo confrontó. Su pregunta, llena de asombro, se centraba en cómo es que el escarabajo podía disfrutar la compañía de alguien tan distinto a él.

¿Por qué invertir tanto tiempo y energía en ir a ver al gusano? ¿Por qué no recibir el mismo nivel de efusividad cuando saludaba al gusano desde la distancia?

Invisibles Lazos: La Tenacidad de una Amistad Malentendida

El escarabajo sabía que el gusano, debido a su limitada visión, muchas veces no podía siquiera detectar que alguien lo estaba saludando. Pero, en lugar de defender su amistad, eligió guardar silencio, quizás por evitar el conflicto o quizás porque en el fondo, comenzó a albergar dudas.

Influido por las inquisiciones y comentarios de otros insectos, el escarabajo decidió alejarse del gusano por un tiempo, convencido de que, si su amistad era genuina, sería el gusano quien lo buscaría. Sin embargo, durante esa separación, un susurro del viento le trajo la noticia más desgarradora: el gusano estaba al borde de la muerte.

El corazón del escarabajo se apretó al conocer la razón: día tras día, el gusano había intentado alcanzarlo, enfrentando peligros inimaginables. Desde el acecho de pájaros hambrientos hasta enfrentarse a ejércitos de hormigas, el gusano había demostrado una tenacidad y un amor que el escarabajo no había percibido.

Más Allá de las Apariencias: Una Lección Eterna de Amistad

Con lágrimas en sus ojos y una mezcla de tristeza y culpa, el escarabajo llegó al árbol donde yacía el gusano. Con un esfuerzo titánico, el gusano levantó su mirada, regalando al escarabajo una última sonrisa. No hubo reproches, sólo la genuina alegría de ver a su amigo una vez más.

Ese día, el escarabajo comprendió el verdadero significado de la amistad. Aprendió que se encuentra en el corazón y no en las apariencias, en la aceptación y no en las expectativas. Las diferencias no deberían ser barreras, sino puentes que nos permiten valorar la riqueza del otro.

Con el paso del tiempo, el escarabajo también partió, pero su legado fue claro: la amistad no se mide en reciprocidad de gestos, sino en la profundidad de comprensión y en la sinceridad del corazón.

Si tienes un amigo, valóralo. No siembres dudas basadas en apariencias o comentarios de terceros. Busca en su esencia, porque ahí radica el verdadero tesoro. En un plano más allá de este mundo, las almas del gusano y del escarabajo vuelven a encontrarse, celebrando la amistad que, contra viento y marea, había resistido en su vida terrenal.

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