Miedo al Conflicto

Miedo al Conflicto, InfoMistico.com

Alguien que se cuela en la fila del supermercado, exigencias desmedidas del jefe, elegir qué programa de tele vemos en familia. La vida está llena de conflictos cotidianos y hay quien se esfuerza por evitarlos. Pero vivir tratando de tener la fiesta en paz no es sano.

El miedo al conflicto — Eludir los conflictos

El jefe de Paula le dio un nuevo trabajo diez minutos antes del final de su turno. Paula no se atreve a decir nada por si se enfada y da por hecho que llegará más tarde a casa, aunque eso le complica las cosas a ella y a las cuentas del cuidado de los niños, cada vez es más alta.

Jesús está harto de los conflictos que le provoca su hermano adolescente en casa, así que cada vez que su madre le pide que recojamos la mesa o los llevemos al lavavajillas, lo hará para no pelearse.

Al igual que Paula y Jesús, hay millones de personas que atraviesan situaciones de conflicto con mucho estrés y quieren evitarlas, por lo que siempre que pueden, evitan el enfrentamiento para “vivir en paz”.

¿Logran conseguir esa paz?

Saltan furiosamente en la primera oportunidad

Dicen los expertos que a primera vista parece que se ahorran la molestia, pero a la larga, sus estrategias son tan malas y decepcionantes como las estrategias que tanto temen.

Personas que reaccionan de forma exagerada ante cualquier contratiempo, que saltan a la primera oportunidad y que son especialistas en crear conflictos incluso cuando no los hay.

“Cuando observamos y tratamos a los diferentes miembros de un grupo, una familia o una pareja, vemos que los que se sienten mejor no son quienes evitan los conflictos.

Lo que distingue a los que funcionan bien de los que se sienten mal, frustrados, no es que no tengan conflictos, sino que tienen estrategias para resolverlos”, asegura José Luis Martorell, director del servicio de Psicología Aplicada de la UNED.

Reaccionar al conflicto

De hecho, nuestra respuesta al conflicto, la injusticia o algo poco ético tiene mucho que ver con nuestra personalidad.

Están los que reaccionan con enfado y expresan todo el enfado que les provoca la situación, los que los ignoran porque no saben cómo afrontarla o no quieren discusiones, y los que quieren hacer ver que hay una injusticia o expresar su descontento de forma educada y elocuente.

Existen diferentes estrategias y formas de expresar las emociones, no sin consecuencias para la situación o para cada persona. Reaccionar agresivamente ante un conflicto puede llevar a incitar a otros nuevos.

Evitarlo para librarse del problema continuará con el comportamiento que causo el conflicto originalmente.

Los expertos en resolución de conflictos explican que el deseo de paz no siempre es el deseo de resolución, y que en aras de la reconciliación muchas veces se pierde la justicia, se tolera el mal o no se exige lo que se requiere.

Consecuencias

Las consecuencias para quienes adoptan cada una de estas estrategias también varían. Ferrán Martínez Gómez, psicólogo del ISEP Clínic Castellón, utiliza la analogía de un globo para explicarlo:

“La persona agresiva, que da rienda suelta a su rabia, es como el globo que se llena, se suelta de golpe y sale descontrolado.

La persona inhibida, la que evita el conflicto, llena el globo y se lo guarda, y el globo va llenándose de un día y de otro hasta que estalla; la persona asertiva es la que va llenando y vaciando el globo en cada ocasión”.

Evitar el conflicto no significa eliminarlo

Dice Martorell:

“El conflicto, el problema que lo ocasiona, sigue ahí aunque tú lo niegues, de forma que quienes tratan de evitarlo no ganan tranquilidad porque necesitan mucha energía para negarlo, y eso les provoca tensión y, a la larga, les pasa factura”.

El profesor de psicología de la Universidad Complutense de Madrid, José Ignacio Robles, explica que la evitación suele ser una conducta aprendida, cuando la resistencia crea miedo, la evitas para no experimentar esa tensión, y aprendes que funciona.

Pero con el tiempo, esta actitud trae problemas, porque en la vida hay que elegir, no todo conflicto se puede evitar.

“En consulta es frecuente encontrarse el caso de personas maduras que han estado toda su vida cediendo y diciendo que sí por no confrontar con sus familiares y llega un día que no aguantan más, estallan y eso rompe los esquemas de su entorno y las relaciones saltan por los aires”, apunta Robles.

Y agrega, otra situación que muchas veces pone a prueba y confronta las estrategias de resolución de conflictos familiares es cuando los hijos crecen:

“En las parejas con frecuencia ocurre que uno es muy activo en afrontar los problemas con el hijo adolescente y el otro, por evitar discusiones, se mantiene ausente; pero esa evitación hace que las conductas del adolescente perduren, y el otro miembro de la pareja aumenta su agresividad hasta que el conflicto estalla”…

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