Uno no se ilumina imaginando figuras de luz

Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, InfoMistico.com

Sé que suena fuerte hablar de esto, siempre estamos mostrando lo mejor de nosotros o queremos ser siempre “los buenos de la película”, tapando el sol con un dedo de nuestra realidad y los aspectos que nos pueden o no gustar de nosotros mismos.

Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad

Pero en nuestro camino al despertar de consciencia, es importante aprender y reconocer, que lo seres humanos somos Luz y sombra, ying y yang, día y noche o como quieras decirlo.

Vale recalcar no confundirlo con bueno y malo, ya que si interpretamos como que la sombra es algo malo en mí, partimos reforzando el patrón y no confrontarlo solo hace que no lo podamos trascender o integrar a nuestra vida para mantenernos en un equilibrio holístico de nuestro ser.

Reconozcamos que una o varias veces nos ha pasado que reaccionamos de una forma irracional o exagerada antes alguna situación o persona y luego nos damos cuenta y nos arrepentimos, pedimos disculpas y exclamamos “no sé qué me ha pasado, perdón” lo que paso es que nos mostramos tras la máscara del ego, que cuando nuestra sombra se manifiesta nos sorprende a inclusive nosotros mismos.

Entender la sombra

Para integrar la sombra, debemos entender mejor que es. Carl Gustav Jung psicólogo y psiquiatra Suizo dedico su carrera al estudio de la psique humana, primero con “psicología analítica” y, luego más tarde la denomino “psicología compleja” que habla de la psique que comprende todos los procesos de la mente, los conscientes e inconscientes, lo explica perfectamente porque habla de 3 capas.

Conciencia, inconsciente personal e inconsciente colectivo, sostiene que el inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido por el Ego, que lo que se muestra en el inconsciente no es malo como comentábamos, sino que al considerarlo malo, lo reprimimos.

Jung define el arquetipo sombra como el aspecto inconsciente de la personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios.

Si por definición la sombra es inconsciente quiere decir que estamos sometidos a ella. La sombra está formada por energía psíquica reprimida que se proyecta en el exterior. Cuando nos sentimos atacados, cuando nos molesta algo de alguien estamos viendo la proyección de nuestra propia sombra.

Hay muchas formas de alimentar la sombra, la más usual es la que conocemos como “luchar para ser bueno”. Por eso el decía “Prefiero ser un individuo completo que una persona buena”.

La sombra

Así mismo también podemos agregar que existen las “creencias-sombra” que son las que gobiernan nuestros pensamientos, comportamientos, palabras, los proyectamos en otra persona como espejos, es decir, lo que me molesta, me hace hervir la sangre, los juicios que veo en el otro son el reflejo de mi sombra.

Normalmente cuando un individuo no puede asumir esas características en sí mismo, las atribuye a los demás, esto es las proyecta en los otros. Así podemos ver reflejados nuestros propios defectos, o limitaciones, en las actitudes negativas que adoptamos hacia los que nos rodean.

Cuando los prejuicios y la crítica exacerbada nos impiden relacionarnos, con los vecinos, con los colegas, con las otras razas, con los extranjeros, con los otros países, está funcionando la sombra individual como una parte no integrada de la psique.

Pero también los grupos, las familias, las organizaciones y los diferentes componentes de la estructura social tienen su propia sombra.

La sombra el lado oscuro de la personalidad

En la psicología de Carl Jung, la sombra, fue definida como el lado oscuro de la personalidad.

Está constituida por frustraciones, experiencias vergonzosas, dolorosas, temores, inseguridades, rencor, ira, agresividad que se alojan en lo inconsciente del ser humano, formando un complejo, muchas veces, disociado de la consciencia.

La sombra contiene lo negativo de nuestra personalidad que el yo – portavoz de lo consciente – no siempre quiere conocer y mucho menos asumir como propias; por lo cual negándola, se frena la manifestación de nuestra auténtica forma de ser y de sentir.

Se ha dicho que la idea de la sombra de la teoría de Carl Jung podría ser equivalente al concepto de inconsciente de Freud, sin embargo, la concepción energética de la psique de Jung implica la posibilidad de transformación de lo destructivo en constructivo. De lo instintivo negativo en energía vital.

Podríamos decir que al integrar nuestra sombra, es aceptarla y poder transformarla, si pasamos por alto nuestra sombra, ya que al tratar de solo ocuparme de la luz y hacer cosas que me traigan luz, esta se acrecentara, nos absorberá y se manifestara de formas inesperadas.

Si queremos conocernos mejor y tomar consciencia de nosotros, debemos indagar en la oscuridad de nuestro inconsciente, un ejemplo clarísimo es la novela de Robert Louis Stevenson: El extraño caso del doctor Jekyll y el Mr

Hyde si no las has leído o visto, te la recomiendo mucho, habla de un Doctor muy reputado de la época victoriana, intachable y por la noche se transformaba en “Mr. Hyde” un hombre abominable, cruel, maligno, asesino, que al final esa sombra termina destruyendo al Dr. Jekyll.

Pero nosotros a diferencia del Dr. Jekyll tenemos la excelente oportunidad de integrar y trascender nuestra sombra para nuestro autoconocimiento y crecimiento personal.

Integrar La Sombra

Sin embargo, acercarnos a la sombra, conocerla y aceptarla, simplificará el camino a su integración, única posibilidad del bienestar. Tengamos en cuenta, que el peor rostro de la sombra, aparece cuando la subestimamos, ninguneamos, negamos o expulsamos del consciente.

Reconocer la propia sombra

La podemos observar cuando aparece en nuestra vida cotidiana, por ejemplo: cuando en una discusión la ira nos domina, un miedo empieza a paralizarnos, cuando le damos el poder a alguien para sacarnos de quicio, se trata justamente en momentos de alta intensidad emocional, en los cuales conectamos con la emoción detonante, es más importante que explicarnos por qué sentimos lo que sentimos.

Trabajar nuestras emociones

Buscar la técnica que nos permita trabajar nuestras emociones, es decir conocer sus razones y reacciones, por ejemplo el coaching, las técnicas de liberación emocional, terapias alternativas, entre otras.

Buscar en nuestro interior

Lo importante en esta etapa es ir buceando en nuestro interior y guiarnos de nuestra emocionalidad, sin confundir el plano emocional con el espiritual, pues en este caso el objetivo es contribuir a la madurez emocional y desarrollo personal.

Aceptación definitiva

A partir de aquí es importantísimo familiarizarnos con ellas, aquí es donde hay que trabajar con la aceptación definitiva, que a veces suele ser complicado si nuestra estructura de pensamiento es rígida, pero ya con predisposición a integrarla, será mucho más fácil y aparecerá un elemento fundamental que es la compasión hacia uno mismo y ante los demás.

La tolerancia con tu proceso, pues, es una virtud que primero debe aplicarse uno consigo mismo y después con los demás.

Si el punto 3 se alcanza con las herramientas, lo que sigue es sencillo, será tiempo de “negociar” con ella, buscando alternativas para su expresión, sea mediante deporte, arte, música, entre otros, que nos permitan vivenciar sin culpa algunos sentimientos que se presenten.

Ya sabiendo todo esto, te invito a descubrir y si la conoces puedas aprender de tu sombra para que la puedas integrar y puedas tener un auto-conocimiento más profundo de ti y mejorar tu vida ¿te atreves?, ponte en contacto conmigo.

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Valerie Neff-Life Coach

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