Reencuentro Celestial: Un Hombre, un Ángel y una Vela

Reencuentro Celestial: Un Hombre, un Ángel y una Vela, InfoMistico.com

En una época pasada, en un mundo no tan distinto al nuestro, vivía un hombre marcado por el dolor más insoportable: la pérdida de su hijo. Las noches, para él, eran un recordatorio constante de la ausencia y sus lágrimas fluían sin cesar, esperando la luz del alba.

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Sin embargo, una noche, las sombras de su sueño se disiparon al encontrarse con una figura etérea: un ángel, quien le habló con voz suave pero firme: — Es suficiente.

— No logro aceptar la idea de que jamás volveré a verlo — murmuró el hombre con un susurro ahogado.

El ángel, con mirada comprensiva, le preguntó: — ¿Deseas reencontrarte con él?

Con un gesto, el ángel tomó su mano, elevándolo por los aires, hacia los dominios celestiales. — Aquí, pronto lo verás. Aguarda —le indicó.

Un sendero luminoso se desplegó ante ellos, y por él, desfilaban jóvenes figuras, ataviadas con vestiduras inmaculadas, alitas delicadas y sosteniendo una vela encendida, representando la eterna pureza de sus almas.

El hombre, impresionado, inquirió: — ¿Quiénes son?

El ángel, con voz serena, le respondió: — Son los niños que han cruzado al otro lado en tiempos recientes. Cada día, nos acompañan en este recorrido, pues su esencia es pura.

— ¿Podré ver a mi hijo entre ellos?

— Sí, en breve lo harás.

Mientras cientos de almas desfilaban, el ángel señaló hacia adelante: — Ahí viene.

El rostro del hombre se iluminó al reconocer a su hijo, pero un detalle le perturbó: su hijo era el único que portaba una vela sin luz. El dolor lo embargó, al ver esa pequeña diferencia entre él y los demás.

Entonces, el joven lo vio, y con una sonrisa, corrió hacia él, envolviéndolo en un cálido abrazo. Con voz entrecortada, el hombre preguntó:

— Mi querido, ¿por qué tu vela permanece sin luz? ¿Acaso no la encienden como a las demás?

— Lo hacen, papá, todas las mañanas. Pero… cada vez que cae la noche, tus lágrimas apagan la mía.

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