La relación entre estupidez y vanidad se ha descrito como el efecto Dunning-Kruger, según el cual las personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben y a considerarse más inteligentes de lo que son.
Síndrome de Dunning Kruger — Relación entre estupidez y vanidad
El fenómeno fue rigurosamente estudiado en 1999, por dos investigadores, Justin Kruger y David Dunning, de la Universidad de Cornell en Nueva Yorky y publicado en 1999 en «The Journal of Personality and Social Psychology».
Trataron de demostrar como las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas.
¿Sabían que el 98% de los catedráticos de Universidad está convencidos de trabajar mejor que los demás.?
¿Sabían que un ladrón de bancos de Pittsburgh, McArthur Wheeler, que fue arrestado en 1995, poco después de realizar dos asaltos en plena luz del día y sin usar máscara ni emplear un disfraz para ocultarse.?
Cuando la policía le mostró las imágenes captadas por la cámara de seguridad de uno de los bancos, el delincuente protestó:
«Pero es que yo estaba usando el zumo…» Y es que el desafortunado criminal creía que si uno se restriega la cara con el zumo de un limón, se vuelve invisible para las cámaras de seguridad.
El fenómeno se basa en los siguientes principios
- Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar sus propias habilidades.
- Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.
Llegaron a esta conclusión, como todo investigador, observaron, pero necesitaban una muestra lo suficientemente representativa para poder hacer un estudio estadístico por lo que diseñaron un experimento que consistió en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de individuos y pedirles una posterior evaluación.
Una vez finalizados los test, los resultados fueron realmente sorprendentes:
- Los estudiantes más brillantes, muy superiores a sus compañeros, estimaron que estaban por debajo.
- Los estudiantes mediocres se consideraron por encima de la media
- Los estudiantes rematadamente malos se mostraron convencidos de estar entre los mejores: de hecho, cuanto más inútil era el individuo, más seguro estaba de que hacía las cosas bien.
Observaciones preocupantes
Estas observaciones, además de curiosas me parecen preocupantes, pues según ellas los más incompetentes no sólo tienden a llegar a conclusiones erróneas y tomar decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello.
Pues bien, en la actualidad estos parámetros vienen al pelo para catalogar e interpretar muchas de las decisiones y desaciertos de tantos pretendidos «expertos» en economía y política, que nos han llevado a donde estamos.
Síndrome de Dunning-Kruger
No estoy aludiendo a ningún personaje concreto, ni a ninguna opción política, sino simplemente me atrevo a proponer el modelo para diagnosticar a tantos líderes, peritos, charlatanes, sacamantecas y desatinados que pululan por doquier y padecen este «Síndrome de Dunning-Kruger»..
Y de paso recomendarles que, como diría un catalán, se lo hagan mirar ya que ellos solos, por si mismos, son incapaces de reconocer que lo padecen. Y el resto mejor no dárnoslas de sabios en nada, no sea que también estemos afectados.
Otras mentes brillantes de la historia recalcan, básicamente el mismo fenómeno que observaron estos investigadores:
- Charles Darwin: «La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento», y los que tenemos la manía de reflexionar, que es lo mismo que mirarse al espejo, ya sospechábamos que la mayoría tendemos a valorarnos a nosotros mismos por encima de la media, cosa que, lógicamente, es estadísticamente imposible.
- Stephen Hawking: «El peor enemigo del conocimiento no es la ignorancia sino la ilusión de conocimiento
- Bertrand Russel: con todo, el efecto Dunning-Kruger, no solo prueba estas citas, sino también aquella en la que afirma que «gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas».
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