Salud mental de nuestros hijos

Salud mental de nuestros hijos, InfoMistico.com

En un mundo en constante cambio, nuestros niños enfrentan un torrente de desafíos psicológicos. Victoria Prooday, terapeuta ocupacional de renombre, desentraña una tragedia silenciosa que erosiona la salud mental de los infantes.

Salud Mental Infantil en Crisis

Cómo Victoria Prooday, Terapeuta Ocupacional, Revela la Tragedia Silenciosa que Afecta a los Niños en un Mundo en Evolución y Guía a los Padres hacia Soluciones

Este artículo explora las estadísticas alarmantes y las perspicaces observaciones de Prooday, enfocándose en cómo los padres pueden ser parte de la solución.

Aparentemente, la realidad es incuestionable. La existencia va transformándose inexorablemente y los infantes se hallan sumergidos en un creciente torbellino de tribulaciones psíquicas.

La Silenciosa Tragedia que Azota Implacablemente la Salud Mental de Nuestra Prole

El cometido cardinal de este artículo es desvelar, sin ambages, la existencia de una “tragedia silenciosa” que está desgarrando con sigilo la salud emocional y mental de nuestra progenie, tragedia de la cual los padres y tutores somos lamentablemente partícipes y responsables.

Para cimentar este contundente aserto, la terapeuta acude a un corpus de datos que emergen de una plétora de estudios académicos revelados en los últimos años:

  1. Uno de cada cinco infantes padece afecciones de índole mental.
  2. Se ha registrado un ascenso del 43% en la incidencia del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).
  3. Se ha detectado un incremento del 37% en casos de depresión adolescente.
  4. Se ha observado un escalofriante aumento del 200% en la tasa de suicidios entre niños de 10 a 14 años.

En cuanto a las causas que subyacen al incremento en estas alarmantes cifras, la terapeuta Victoria Prooday no titubea al señalar a los padres y su conducta hacia los infantes como los principales artífices de esta lamentable coyuntura.

Tal como ella perspicazmente enuncia, “los niños contemporáneos están siendo saturados de estímulos, obsequiados profusamente con bienes materiales, pero se les priva cruelmente de los pilares esenciales para una infancia saludable”.

Entre estos pilares, Prooday cita “la disponibilidad emocional de los padres, la demarcación de límites claros, la asignación de responsabilidades, y la promoción de una nutrición y sueño equilibrados”.

Progenitores Absortos en el Ciberespacio

Lo que se halla, en cambio, son “progenitores ensimismados en el vértigo digital, padres indulgentes que permiten que los infantes ostenten un dominio despótico, siendo ellos quienes dicten las reglas, así como una nociva sensación de prebendas, de considerarse merecedores de todo sin el mérito de haberlo conquistado o sin asumir la responsabilidad de alcanzarlo, a la par de un sueño precario y una alimentación desequilibrada”.

En suma, la pedagogía que estamos impartiendo a nuestros vástagos no es la más propicia para su florecimiento mental y emocional. Ante este panorama, y según la perspectiva de la terapeuta, aún queda un resquicio de esperanza, una ventana por la cual podemos hacer acopio de nuestras facultades y emprender acciones redentoras.

¿Qué Medidas Podemos Adoptar para Forjar Seres Felices y Saludables?

Conforme sostiene la sagaz Victoria Prooday, estas son las recomendaciones más certeras que, al implementarlas, observaremos invariablemente mejoras significativas…

Establezca demarcaciones y no olvide que usted es el timonel de la nave. Sus niños hallarán seguridad al saber que usted dirige con firmeza el timón. Brinde a los infantes un estilo de vida equilibrado, colmado de aquello que verdaderamente NECESITAN, no únicamente lo que ANSIAN. No tema declamar un rotundo “no” si lo que anhelan no es lo que requieren.

Suministre alimentos nutricionales y restrinja el consumo de comestibles poco saludables. Dedique al menos una hora diaria al disfrute del aire libre, participando en actividades tales como ciclismo, caminatas, pesca, o el avistamiento de aves e insectos. Deleitése con una cena familiar diaria, exenta de smartphones u otros artilugios tecnológicos que pudieran distraer.

Déjense envolver en juegos de mesa en familia; si sus hijos son aún demasiado pequeños para dichos juegos, permita que sus intereses guíen el entretenimiento y sean ellos quienes detenten el mando del juego. Involucre a sus hijos en menesteres o quehaceres domésticos acordes a su edad (plegar la ropa, organizar los juguetes, colgar prendas, acomodar los víveres, disponer la mesa, alimentar al perro, etc.).

Fomentar un Sueño Saludable, Inculcar Independencia y Cultivar Habilidades Sociales Sin Tecnología

Implemente un régimen de sueño sólido y coherente, para garantizar que su hijo descanse plenamente. Los horarios adquieren una mayor relevancia para los niños en edad escolar. Inculque responsabilidad e independencia. No les ampare en demasía frente a las frustraciones o errores. El desacierto les ayudará a forjar resiliencia y aprenderán a superar los escollos de la vida.

No cargue con las mochilas de sus hijos, no les acarree los deberes que olvidaron, ni les pele los plátanos o naranjas si son capaces de hacerlo por sí mismos (4-5 años). En lugar de proporcionarles el pez, instrúyales en el arte de la pesca. Enseñeles la virtud de la paciencia y el arte de posponer la gratificación. Ofrezca oportunidades para el “ocio”, dado que es en la aparente monotonía donde la creatividad emerge. No se sienta compelido a mantener a los niños perpetuamente entretenidos.

No recurra a la tecnología como antídoto al tedio, ni la ofrezca en el primer instante de inactividad. Evite el uso de dispositivos tecnológicos durante las comidas, en vehículos, restaurantes, y centros comerciales. Aproveche estos momentos como oportunidades para cultivar las habilidades sociales, adiestrando así sus mentes para lidiar con los momentos de “ocio”.

Crear un ‘Frasco del Ocio’, Fomentar Vínculos Emocionales y Enseñar Autoregulación y Modales a los Niños

Asista en la creación de un “frasco del ocio” repleto de ideas para actividades cuando se sientan desprovistos de entretenimiento. Esté emocionalmente disponible para forjar vínculos con los niños y enseñarles autoregulación y destrezas sociales: apague los teléfonos por la noche cuando los niños deban acostarse, para eludir distracciones digitales.

Trascienda y conviértase en un guía o adiestrador emocional para sus hijos. Enséñeles a reconocer y gestionar sus propias frustraciones e ira. Instrúyales en los modales básicos: saludar, esperar turnos, compartir sin menoscabo, expresar gratitud y cortesía, reconocer errores y disculparse (no los fuerce), y sea un faro que irradie esos valores que inculca. Conéctese emocionalmente: sonría, abrace, bese, haga cosquillas, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos.

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