Un reconocido profesor, en su afán de seguir aprendiendo, decidió visitar a un maestro Zen. Viajó cientos de kilómetros y esperó varios días para mantener una entrevista personal con él.
El Erudito — Reflexiones de sabiduría
Finalmente el erudito se sentó a la mesa junto al maestro y, mientras un sirviente colocaba tazas de té delante de ellos, comenzó a hablar de sus éxitos, los títulos académicos que poseía y los estudios que había realizado.
El maestro permaneció en silencio mientras el hombre hablaba sin cesar de sus conocimientos, explicándole que quería ser su discípulo y aprender de él.
El maestro Zen
El maestro Zen comenzó a servirle su taza de té llenándola hasta desbordarla, alcanzando el plato, ensuciando la mesa y derramándola sobre sus piernas.
— ¡Está derramando té por todas partes!- dijo el hombre, sorprendido.
— Eres como esta taza de té.- le respondió el maestro — Estás tan lleno de tu conocimiento que ya no cabe nada nuevo-.
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