Tu bebé aún es pequeño, quizá no tiene ni 3 meses de nacido y ya tienes que dejarlo en manos de alguien más, es un momento muy doloroso que quizá pocos entiendan, porque hace unos días tu hijo estaba protegido en tu vientre e iba a todos lados contigo, se convirtió en tu compañero fiel en las buenas y en las malas y ahora tienes que dejarlo.
Sentir menos culpa cuando dejas a tu bebé por volver al trabajo
Te entiendo perfectamente porque me pasó igual y por eso quiero decirte unas palabras que me hubiera gustado escuchar en su momento:
Muchas personas te señalarán, juzgándote por salir de tu casa a buscar el pan de cada día o tu realización profesional, te dirán que eres mala madre, una mujer que no quiere batallar o que no tiene sentimientos, pero nada de esto es cierto.
No les creas, no les des cabida en tu corazón. Eso solamente te hará sentir más miserable de lo que ya te sientes.
Evita enojarte con las leyes del país
Que no favorecen la crianza, mejor apoya propuestas e iniciativas de ley que mejoren esta situación y busca alternativas para conciliar la familia y el trabajo.
No cuentes las horas que estás lejos de tu pequeño, mejor aprovecha cada minuto que estés con él, desconecta tu teléfono y el internet, si van a estar dos horas diarias juntos, que estén llenas de besos, abrazos y canciones.
Nadie es perfecto
Una casa limpia y una familia feliz todo el tiempo no es humanamente posible, disfruta el caos y establece rutinas.
Acepta ayuda, toda la que tengas disponible, la mujer maravilla solo existe en la ficción y si no cocinas, eso no te hace menos mujer o menos madre.
Saca la culpa
Solo empobrece el alma y no nos permite lograr nuestro potencial. Las cosas son como son ahora mismo y poco a poco las podremos ir cambiando, pero es un proceso. Y sobretodo mamá, recuerda que eres la mejor mamá que tu hijo pueda tener, no importa lo que digan los demás, para tu hijo lo eres todo.
Lecciones de nuestra mamá
Gracias, mamá, por todo. Gracias, mamá, porque por ti soy quien soy. Gracias, mamá, para siempre. Te amo. Me tardé, es verdad. Tuve que crecer para entender cada una de tus palabras, tus consejos, tus lecciones y tus enseñanzas..