Bogifobia

Bogifobia, InfoMistico.com

Se define la bogifobia como el miedo extremadamente intenso y sin fundamento a los seres de origen de desconocido y basados en leyendas, ya sean sobrenaturales (es decir, que no presentan ninguna similitud con nuestro mundo y no se rigen por las leyes de la naturaleza) o imaginarios (estos simplemente no existen, son ficciones, pero sí pueden parecerse a lo humano o acercarse al mundo que conocemos).

Bogifobia — Fobia miedo a lo sobrenatural y las leyendas urbanas

Dentro de esta lista, si somos de ascendencia hispana, pueden sonarnos el «coco» y el «hombre del saco». El miedo patológico a los fantasmas y los monstruos también se incluyen dentro de este tipo de trastorno.

Se trata de una fobia específica; por lo tanto, las manifestaciones de esta (al igual que el de las otras fobias específicas, como por ejemplo, la de hablar en público) van más allá del miedo natural y la ansiedad que se producen al enfrentarse a situaciones desconocidas o inquietantes.

Boogeyman

El nombre de la enfermedad, bogifobia, deriva de la palabra griega φόβος (fobia) que significa miedo, y de la palabra anglosajona boogeyman.

El boogeyman es una criatura de origen mitológico perteneciente a la cultura celta, este ser imaginario es protagonista de variedad de leyendas y cuentos en el norte del Reino Unido; sería el equivalente escocés de nuestro «hombre del saco».

Es más, curiosamente, al igual que este, también se le representa como un anciano que va buscando a los niños que se portan mal y no hacen caso a los mayores para meterles en un gran saco y alejarlos de sus casas.

Al parecer existen copias del boogeyman y del hombre del saco en todo los países, simplemente cambia el nombre, en Alemania se denomina “buztemann”, que sería algo así como hombre zumbado y en Italia se conoce con el término de “Babau”.

Asustadores

Existen muchos otros “asustadores” propios de cada cultura y tradición, aparte de los que hemos mencionado: Baba Yaga, Boogeyman, ChanchoGente, Coco, Guajona. Huesos Sangrientos, Krampus, Lamia, el Lobo feroz…

Las personas afectadas de bigofobia suelen desarrollar el trastorno durante la primera infancia.

Este puede empezar de una forma leve; como una sensación de miedo y temor a encontrarse monstruos en la habitación, comúnmente debajo de la cama o en el armario, sobre todo a la hora de irse a dormir; normalmente también se acompaña de miedo a la oscuridad, estos niños prefieren dormir con una luz encendida.

La bogifobia es bastante común y se da sobre todo en niños que presentan altas dosis de imaginación y son capaces de fabular grandes historias fantásticas, esta suele superarse normalmente en la adolescencia con la adquisición de mayores capacidades cognitivas que permiten discernir entre realidad y ficción.

Síntomas de la bogifobia

Por lo tanto, las reacciones de los bogifóbicos parecen más irracionales, para los demás, que las que se dan en otro tipo de miedos patológicos.

Este prejuicio también se da en los propios afectados, que suman a su condición el ridículo que sienten al creer en monstruos, fantasmas u otro tipo de criaturas inventadas cuando sabemos, como seres racionales, que estos en realidad no existen.

Causas

El origen de la bogifobia se da en los primeros años de vida a través de las historias sobre personajes mitológicos o seres sobrenaturales que se cuentan en todas las familias y lugares, entre los que se encuentran los “asustadores de niño”.

La costumbre de utilizar un “asustador de niños” como el “coco” para infundir miedo en los más pequeños tiene como objetivo que estos cumplan con ciertos comportamientos normalmente rutinarios: tomar un baño, comer, irse a dormir cuando a una hora temprana…

También se pueden utilizar para asegurarse que los niños no se acerquen a lugares peligrosos o utilicen ciertos objetos, incluso alejarse de personas.

Los “asusta-niños” vendrían a ser una especie de lo que se conoce en psicología como refuerzo negativo, se da un estímulo (la historia que se cuenta) para evitar o fomentar un comportamiento o actitud (irse a la cama, no acercarse al pozo).

La bogifobia puede a veces darse por un mecanismo más complejo: tras sufrir un trauma infantil, el niño en este caso no es capaz de procesar la situación traumática y crea la imagen de un monstruo malvado para protegerse.

La bogifobia se encuentra fuertemente ligada al terror patológico a la oscuridad (ligofobia), ya que los síntomas del miedo a los seres sobrenaturales se intensifican cuando la persona se encuentra a oscuras.

Esto es lógico, pues al estar a oscuras, no sabemos exactamente lo que hay a nuestro alrededor, ni con qué se relacionan los ruidos y las sombras que vemos. Las personas con bogifobia convierten todos estos estímulos en amenazantes.

Síntomas de la bogifobia

Los pacientes con bogifobia presentan una serie de síntomas comunes de índole psicológicos, como:

  • Miedo a los lugares oscuros
  • Miedo a la soledad
  • Cambios en la conducta
  • Ansiedad y miedo intensos
  • Ataques de pánico (ocasionales)

Al igual que las demás fobias específicas, existen una serie de reacciones fisiológicas que pueden darse durante la exposición a la situación o antes, por anticipación.

Aunque existen diferencias, no todas las personas presentan todos los síntomas, ni estos ocurren con la misma intensidad. Comúnmente se dan las siguientes reacciones:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Xerostomía (boca seca)
  • Incremento de la presión sanguínea
  • Sudores
  • Náuseas y dolor de estómago

Los síntomas físicos pueden agravar los psíquicos

La persona puede relacionar, por ejemplo, el aumento de las pulsaciones con el riesgo de sufrir un infarto y morir.

En el caso de la bogifobia las personas normalmente optan por la huida, y se van del lugar que les produce pánico e intentan evitar exponerse en el futuro a la misma situación que ha originado el cuadro de ansiedad.

En el caso de los infantes, la expresión de la ansiedad y el miedo se da a través del llanto intenso que toma forma de rabietas, los niños pequeños pueden quedarse paralizados y agarrarse con fuerza a las personas que los cuidan, sin moverse.

Tratamiento

El tratamiento psicológico de la bogifobia se basa en la gestión de la ansiedad y de las creencias irracionales que mantienen esta reacción disfuncional basada en el miedo. Para ello, se usan estas formas de información psicoterapéuticas:

  • Psicoeducación
  • Exposición controlada
  • Desensibilización sistemática
  • Reestructuración cognitiva

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Este artículo ha sido resumido del autor original Valentín Elorza para psicologiaymente.com

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