Crónica de una reunión espiritual

Crónica de una reunión espiritual

Desde hace 50 años parte de mi familia y yo vivimos en Cojímar, en una casa pequeña pero con un patio grande y lleno de árboles de guayaba, mango, anón, fruta bomba y aguacate, que dan una sombra muy agradable, privilegio nuestro.