El bueno y el malo — Júpiter y Saturno

El bueno y el malo — Júpiter y Saturno, InfoMistico.com

Júpiter es considerado el planeta más benéfico del zodiaco, y a la vez, Saturno tiene la tradición de ser el maléfico mayor; por supuesto que esta visión data de la antigüedad, y con el tiempo ha habido evolución con respecto al significado de las energías de ambos astros.

Júpiter y Saturno

Sin embargo, se siguen teniendo expectativas de buena fortuna en relación a un tránsito jupiteriano, mientras que esperamos con cierto temor la llegada de Saturno a nuestro signo.

En cuanto a Júpiter, por supuesto que su paso puede significar una apertura en la vida de cada uno de nosotros, un momento afortunado, de mayor popularidad, abundancia y alegría, pero todo va de acuerdo a un contexto.

La cualidad más resaltante de Júpiter, es que tiene un efecto expansivo, y eso se asocia a la abundancia, a la alegría, a la popularidad.

Júpiter puede traernos abundancia, pero también puede indicar derroche

En un contexto de pleitos, conflictos y malas situaciones, Júpiter puede más bien agrandar los problemas.

Así como puede incrementar la riqueza, puede hacer subir los precios. Todo lo agranda y lo expande, lo bueno y lo malo.

Con Júpiter puedes decir: “Lo que fácil llega, fácil se va”.

A Saturno se le teme porque su energía es restrictiva

Y tendemos a no ver con simpatía la restricción, pero esa energía es indispensable para tener resultados sólidos en todo lo que hagamos. Lo restrictivo lleva al orden, a la disciplina, a la estructura, y la mayoría prefiere lo fácil.

En época de abundancia, Saturno es antipático porque restringe los excesos, ahorra, administra; sin embargo, los resultados favorables de este astro se ven con el tiempo: cuando llegan los momentos difíciles, aquel que tomó previsiones y se supo administrar, puede afrontar con tranquilidad las dificultades.

Júpiter y Saturno funcionan muy bien en conjunto

Dan el equilibrio necesario para que nuestros proyectos sean prósperos y estables. La expansión de Júpiter y la contracción de Saturno son como la vida misma: el corazón se mueve como estos dos astros, sístole y diástole, expansión y contracción en perfecto equilibrio.

Abundancia bien administrada no es efímera.

Pedro González Silva

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