Una vez viene el diablo porque había un hombre que había perdido la fe. Tenía de todo. Y de buenas a primeras se quedó sin nada y perdió la fe.
La mujer fue la única que venció a Satanás
Y en ese momento de furia que uno tiene porque lo tiene todo y lo pierde todo de la noche a la mañana, por causa de cualquier cosa, uno se dice a sí mismo: — ¡Ay Satanás! Y en esa exclamación viene Satanás y le dijo: — ¿Me llamabas?
El hombre se asustó y le dijo: — ¡No, no!
Dice: —¡Sí! Invocaste mi nombre. Dime lo que quieres. Aquí estoy yo para ayudarte.
Y él le dijo:
—Bueno. Si es verdad que tú eres Satanás yo quiero que tú me saques de toda la miseria y calamidad que tengo en este momento, que le me cure todas las enfermedades que tienen mis hijos y que yo vuelva a hacer como era antes.
Satanás extendió sus manos y le dijo: —Mira, todo eso es tuyo. Mira, todo esto es para ti. Mira lo que tienes delante también es para ti. No mires a tus espaldas.
Y él le dijo a Satanás: — ¿Qué debo de hacer?
Firmar un pacto conmigo
Satanás le dijo: — Firmar un pacto conmigo. Lo vas a tener todo esto es tuyo. Es un pacto por diez años que tú tienes que cumplir. Si no lo cumples a los diez años vengo a buscar tu alma.
Y él dijo: — Sí, sí, como no.
Y firmó el pacto. El hombre empezó a prosperar y a prosperar y a prosperar. Era el hombre más eminente; era el más rico de todos los lugares. No había quien se enfermara en su familia. Pero se olvidó del pacto. A los diez años escucha tocar a la puerta.
Cuando abre la puerta le dice Satanás: — Buenas noches.
Y él le dijo: — ¡Ay! Tú aquí.
Y le dijo: — Sí, se cumplieron los diez años. Y no has cumplido el pacto. Vengo a buscarte mañana a las once de la noche
Le dijo: —¡No, no, no, no!
Dice: — Ya se cumplió. Y tú no cumpliste y yo cumplí. Recuerda: mañana a las once.
El hombre se quedó triste llorando, cabizbajo y viene su mujer y le dice: — ¿Qué te pasa marido? ¿Por qué lloras?
Le dijo: — ¿Tú ves toda la riqueza que tú tienes? ¿Tú ves toda la salud que hay nuestros hijos? ¿Tú ves la prosperidad tan grande que hemos tenido? Ha sido por esto y esto y esto. Yo hice un pacto con Satanás y sucedió así, así, y vino y mañana a las once viene a buscarme.
Ella le dijo: — Cuando venga yo quiero hablar con él.
Le dijo: —No, no, no. Tú no puedes meterte en eso.
—Tú le dices cuando Satanás venga a buscarte yo quiero hablar con él. Si tú no me llamas yo me voy a presentar. Estate tranquilo marido. No llores más
Llegó el día normal y Satanás vino a las once de la noche, toca a la puerta y la mujer le abrió la puerta y le dijo: — Pase adelante Satanás o Lucifer.
Y él le dijo: — Y usted que quiere hacer conmigo.
Le dijo: — No que, yo me enteré que mi marido hizo un pacto con usted y que él no cumplió y usted lo viene a buscar. Pero yo tengo una propuesta para usted. Si usted gana usted se lleva mi alma y la de mi marido. Pero si usted pierde deja el alma de mi marido tranquila y la mía también, y no perdemos nada de lo que tenemos.
Satanás se puso a darle para atrás a todo, todo. Imagínate Satanás el que hizo lo malo. Tiene que saber todo. Y cabicando haber que la mujer le tenía. Al final Satanás se convenció y le dijo: — Está bien, dos por una.
¡Acepto!
¿Qué tengo que hacer?
— Enderézame a este pendejo.
Todavía Satanás está aplanchando a el pendejo.
Esta historia es para que ustedes sepan que la mujer es más fuerte que el hombre.
La mujer cuando se hace la débil es cuando está verdaderamente venciendo.
La mujer fue la única que venció a Satanás.
Si ustedes se fijan bien en todas las pinturas, en todos los lugares siempre ponen a una mujer montada encima de un león con un lámpara y látigo en la mano.
La mujer es fuerte.
La mujer tiene seis sentidos, el hombre cinco.
Si la mujer llora gana.
Si la mujer grita gana.
Si la mujer se queja gana.
La mujer es más fuerte que el hombre.
Siempre tengan eso presente, tanto ustedes las mujeres como ustedes los hombres.
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