Biodescodificación y Accidentes

Biodescodificación y Accidentes, InfoMistico.com

Hablando de accidentes, se podría decir que éstos son ajenos a la Biodescodificación. Incluso, los accidentes son uno de los 3 conceptos que no “están incluidos” en los principios de la Biodescodificación: La Biodescodificación no resuelve deformaciones de nacimiento, envenenamientos ni accidentes.
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Biodescodificación y los accidentes — Conflictos emocionales

Con el paso de los años sin embargo, hemos podido comprobar que los accidentes, una gran parte de los accidentes sí pueden incluirse dentro de la metodología de la Biodescodificación.

Porque justamente los accidentes pueden ser una lealtad familiar y no estamos conscientes de ello, y si ponemos tan sólo un poco de atención en la revisión de nuestro árbol genealógico, dichos accidentes pueden tan sólo aparecer en nuestras vidas como una “reparación” del drama vivido por un ancestro.

Otros accidentes por su parte, pueden ocurrirnos por los pensamientos o las emociones que sentimos en determinado momento aunque no estemos conscientes de ellos.

Emociones que provocan una distracción

Sin entrar en historias cuánticas o energéticas que también pudieran influir claro está, deberemos poner atención entonces a aquello que estábamos pensando o a las emociones que estábamos sintiendo, justo segundos previos a sufrir el accidente.

Importante será también, observar y analizar los órganos o partes del cuerpo que resulten dañados luego de un accidente, porque dicha parte del cuerpo, estará íntimamente relacionada con dichos pensamientos o emociones distractoras.

En aquellos accidentes en los que nosotros resultemos heridos por “responsabilidad” de otra persona, esos sí habremos de analizarlos con más enfoque cuántico y energético.

Porque si bien no han sido nuestros pensamientos o nuestras emociones las que han provocado el accidente pero sí pudiera ser nuestra frecuencia vibratoria: accidentes aéreos, choques mientras yo soy pasajero.

Accidentes que vivamos por propia responsabilidad

Nos limitaremos analizar aquellos accidentes que nosotros vivamos por propia responsabilidad: caídas, choques, fracturas, cortadas, torceduras, esguinces, golpes, machucones, quemaduras, raspones, etc.

Siempre y cuando yo haya ido conduciendo, subiendo, bajando, haciendo, etc. Yo como único responsable del accidente. O bien, aquello accidentes “repetitivos” que pudieran señalar una historia transgeneracional.

En los accidentes que fueron responsabilidad de “otros”, en un papel de “agresiones recibidas” también habremos de considerar la historia familiar, el transgeneracional: balazos, puñaladas, golpizas, empujones, atropellamientos, etc.

Accidentes repetitivos

Buscar las constantes, es decir:

  • ¿Ocurren siempre a la misma hora?
  • ¿ocurren siempre el mismo día de la semana?
  • ¿ocurren siempre en la misma fecha?
  • ¿ocurren siempre afectándome la misma parte del cuerpo?

Debemos tener en cuenta que existen las “memorias de aniversario” y las “lealtades familiares” dentro del árbol genealógico, y ello nos obliga a prestar atención dado que mi accidente repetitivo puede ser una forma simbólica de “reparar” aquello que un doble nuestro en el árbol vivió en su momento.

Hace yo calculo más de tres años, una persona que acudió a consulta al momento de despedirnos mencionó casualmente que ella siempre se cortaba los dedos al preparar alimentos. Siempre mientras picaba cebolla.

Ella podía partir o rebanar cualquier otra cosa sin problemas y sin cortarse jamás, pero si se trataba de cebolla era seguro que alguno de sus dedos resultaría con alguna cortadura. Aquel día reímos por la anécdota y ésta persona se fue. Este hecho era para ella más “curioso” que importante.

Fue hace como semana y media que esta chica nos contactó por mensaje y en él, ella comentaba lo siguiente:

“He descubierto el por qué de mis constantes cortadas cada que parto o rebano cebolla. De hecho, ya no me he cortado más luego de enterarme de una historia.

Platicando con una tía hermana de mi madre que regresó hace unos meses luego de haber vivido muchos años en España con su esposo, me enteré que mi bisabuela, abuela de mi tía y mi madre, había tenido una vida muy dura.

Cuenta mi tía que la bisabuela, era la sirvienta en la casa donde mi bisabuelo era el hijo preferido de su padre y su madre. Mi bisabuelo era un niño vanidoso, caprichoso y bueno para nada. Pero eso sí, con mucho dinero.

Llega entonces mi bisabuela a esa casa con apenas 14 años de edad. Venía a la Ciudad de México desde su pueblo natal en el estado de Veracruz, México con muchas ganas de trabajar y superarse. Inocente, joven y llena de sueños por delante.

La dueña de la casa, (mi tatarabuela), contrata a mi bisabuela y comienza a enseñarla a hacer la limpieza, a cuidar del gran jardín, a atender a todos los miembros de la familia y por supuesto a cocinar, para que todo fuera perfecto y a su gusto. Mi bisabuela obviamente aprendió rápidamente y se convirtió en la estrella de esa casa.

Con el paso de los años, ella y mi bisabuelo, comenzaron una relación de noviazgo escondidos de mi tatarabuela y mi tatarabuelo, porque jamás sería bien visto por la sociedad, que el junior se casara con la sirvienta.

Mi bisabuela le contaba a mi tía (muchos años después claro), que en esa casa se comía mucha “tinga”. Un platillo mexicano que consiste en cebollas rebanadas en “tiras”, pollo deshebrado, todo en un rico caldillo de tomate rojo y chiles chipotles.

Decía mi abuela que siempre debía haber tinga preparada por cualquier antojo de cualquiera de los miembros de la familia o para la comida de los sirvientes, porque había un jardinero, un chofer y un mensajero.

Mi bisabuela le platicó a mi tía, que justo fue un día en el que ella rebanaba cebolla para preparar tinga, que mi bisabuelo entró a la cocina y la comenzó a besar con arrebato. Mi bisabuela continuaba picando cebolla jugueteando y riendo cuando en ese momento entró la tatarabuela descubriendo el romance y gritando.

Mi abuela se cortó el dedo en el momento justo en que gritó de mi tatarabuela. El momento justo del “impacto emocional”.

La historia es mucho más larga y llena de detalles

Porque luego de eso viene el hecho de que desheredan a mi bisabuelo, mis bisabuelos huyen de esa casa para casarse, mi bisabuelo se convierte en la deshonra de esa familia, etc. Al revisar las fechas de cumpleaños gracias a que mi tía sí conocía el cumpleaños de su abuela (mi bisabuela), es que descubro que soy su doble.

Y la historia de ese momento cuando ella se corta, es lo que quedó grabado en el inconsciente de mi abuela y que yo venía cargando sin saberlo.

Esa historia ni mi madre la sabía, sólo mi tía por ser la hermana mayor de mi mamá, y agradezco que me haya liberado de seguir cortándome cada que rebano cebolla tan sólo con platicarme la historia. Besos”.

Los accidentes sí se pueden biodescodificar

Evidentemente luego de leer todo este mensaje, nos quedó más que claro, que los accidentes en muchas ocasiones, sí se pueden biodescodificar. Incluso muchos de los accidentes, no son más que las consecuencias de una reparación inconsciente de vivencias emocionales impactantes de la misma familia.

Es por eso, que si en alguna ocasión, tienen la mala suerte de sufrir un accidente o bien, viven continuos accidentes repetitivos, se regalen un minuto para revisar las emociones y los pensamientos que pasaban por su cabeza en dicho o dichos momentos.

Si tienen la suerte de obtener datos así de precisos de la familia, no los desechen, porque quizá en esas historias que parecieran poco importantes, está la clave para liberarse de dichas vivencias.

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