Niño de Ultratumba
Hace muchos años me dedicaba a la venta de antojitos mexicanos en mi casa, en Guadalupe, Nuevo León. Los cuartos estaban todos en una hilera; en el primero dispusimos la cocina, luego estaba una recámara y enseguida otra más. Había un pasillo que iba hasta el fondo de la casa y a un costado el jardín.