El Profeta Mahoma y el Sello de la Profecía

El Profeta Mahoma y el Sello de la Profecía, InfoMistico.com

En la Medina del 632, un hombre cuya vida transformó la historia de la humanidad expiró su último aliento: Mahoma. Considerado ‘el sello de la profecía’, su influencia fue monumental en la fundación del Islam. Nacido en la Meca en el año 575, su infancia estuvo marcada por la tragedia. No obstante, a lo largo de su vida, Mahoma se convirtió en un profeta, líder y unificador de tribus árabes.

La trascendencia de Mahoma: Del orfanato a la profecía divina

El 8 de junio de 632, en una Medina aún muy distante de convertirse en la metrópolis que es hoy en Arabia Saudita, se apagó la vida de un hombre que había transformado el rumbo de la humanidad: Mahoma.

Fundador del Islam y profeta del dios único para sus seguidores, es considerado «el sello de la profecía» que según algunos interpretes, denota el final del ciclo de la revelación divina en la historia de la humanidad.

Mahoma, cuyo nombre quizás fue originalmente Ahmad, vio por primera vez la luz del mundo en La Meca, la sagrada ciudad de peregrinación musulmana, en el año 575.

De niño, la tragedia lo golpeó tempranamente al quedar huérfano a los seis años, pero encontró cobijo en su tío Abú Talib con quien realizó diversos viajes de comercio.

A sus veinticinco años, el matrimonio con la rica viuda Jadicha no solo le brindó una familia al tener a su hija Fátima, sino que también le otorgó un estatus social como comerciante respetado.

De la Introspección a la Profecía

El Camino de Mahoma hacia la Fe Islámica

Durante su vida en la Meca, Mahoma entró en contacto con las creencias judías y cristianas a través de las comunidades que allí habitaban. Este contacto superficial le ofreció un piso para construir su propia visión religiosa, a pesar de su escasa formación formal que, incluso algunos sostienen que lo catalogaría como analfabeto.

Al llegar a sus cuarenta años, Mahoma inició un periodo de introspección y retiro espiritual. Pasaba largas jornadas en una cueva del monte Hira, donde afirmó haber recibido la revelación de Dios -Alá-, que le hablaba a través del arcángel Gabriel y le comunicaba los secretos de la fe verdadera.

Empujado por el apoyo de Jadicha, empezó a predicar en La Meca, presentándose como heredero de los grandes profetas monoteístas como Abraham, Moisés y Jesús.

La popularidad de Mahoma creció principalmente entre los sectores más humildes de la sociedad y como suele ocurrir, esta popularidad generó resistencias entre los poderosos. Las autoridades empezaron a verlo como una amenaza, lo acusaron de impostor y comenzaron las persecuciones contra él y sus seguidores.

En el año 622, tras la muerte de Jadicha y de Abú Talib y ante un ambiente cada vez más hostil, Mahoma decidió abandonar La Meca y se refugió en Medina. Este episodio, conocido como la Hégira, se considera el inicio de la era islámica.

De la Revelación a la Conquista

Mahoma, Medina y el Surgimiento del Islam

En Medina, Mahoma enfrentó el rechazo de la comunidad judía por sus interpretaciones de las Escrituras, lo que le llevó a comprender que su predicación no era una continuación de la fe de Abraham, sino algo completamente nuevo.

Así nació el Islam.

En esta ciudad, Mahoma se erigió como líder político y militar además de religioso. Con estrategias que combinaban persuasión y fuerza, logró rodearse de un creciente número de seguidores. Los musulmanes comenzaron a realizar incursiones en caravanas y poblaciones cercanas, sentando las bases de la «guerra santa» para expandir su fe.

Tras una serie de confrontaciones y negociaciones, Mahoma logró la conquista de La Meca en el año 630. Allí, el santuario de la Kaaba y su venerada Piedra Negra fueron consagrados a Alá.

En un acto de profunda simbología, Mahoma realizó una peregrinación de Medina a La Meca poco antes de su muerte, estableciendo un rito que perdura hasta el día de hoy y que todo musulmán debe realizar al menos una vez en su vida.

El Poder de la Palabra

El Corán como Cimiento de la Expansión Islámica de Mahoma

Mahoma no solo fue un líder; fue también el arquitecto de la teología islámica, plasmada en el Corán. Este libro sagrado es una recopilación de revelaciones que se consideran inspiradas por Alá, recogidas durante la vida de Mahoma y compiladas alrededor del año 650.

En los últimos años de su vida, Mahoma logró expandir el Islam a lo largo de la península arábiga, unificando a las diversas tribus que habitaban la región y transformándolas en un pueblo unido bajo una sola fe.

¿Quién diría que un hombre nacido en una región atrasada y en una familia humilde sería capaz de unificar y embarcar a las tribus árabes en una expansión sin precedentes?

Mahoma lo logró, pero al morir sin un heredero varón, se desató una feroz disputa por su sucesión. Finalmente, el liderazgo recayó en Abú Bakr, su yerno, quien se convirtió en el primer califa.

Mahoma

El Profeta que Redefinió la Historia y Continúa Inspirando a Generaciones

Mahoma, un hombre que trascendió la historia y las fronteras, sigue siendo un ícono y guía espiritual para más de mil millones de musulmanes en el mundo.

Con una vida envuelta en leyenda y una misión que cambió el rumbo de la humanidad, el legado del profeta Mahoma continúa influyendo en la cultura, política y religión en la actualidad.

Ramadán: Misterios del Sagrado Mes en el Islam

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