El Encanto Oculto: Tristeza Vestida de Furia

El Encanto Oculto: Tristeza Vestida de Furia, InfoMistico.com

En un reino encantado, tan distante y oculto que los seres humanos podrían jamás tocarlo, o tal vez un lugar en el que, sin darse cuenta, los hombres viajan eternamente, existía una singular magia. En este rincón, lo intangible se manifestaba con una concreción y solidez sorprendentes.

La Tristeza y La Furia — Reflexiones de Fe, Esperanza y el Laberinto de Emociones

Había una vez, en este escenario místico, un estanque extraordinario. No era cualquier estanque. Estaba lleno de agua tan cristalina y pura que parecía espejo del cielo.

Peces de cada color imaginable nadaban en él, creando un espectáculo sin igual y el verde del entorno reflejaba en sus aguas con una intensidad que hacía pensar en mil tonos diferentes.

A este estanque, donde el tiempo parecía detenerse y la naturaleza se mostraba en todo su esplendor, se acercaron dos figuras inusuales: la tristeza y la furia.

Ambas, como dos antiguas amigas que han compartido innumerables momentos, decidieron bañarse en aquel estanque encantado. Se despojaron de sus vestimentas, revelando su verdadera esencia y entraron al agua, dejando que la frescura las envolviera.

La furia, siempre impaciente y con esa prisa que la caracteriza, no entendía de demoras. Bañándose con rapidez, salió del estanque antes de que uno pudiera darse cuenta. Pero, como es sabido, la furia a menudo no ve con claridad y en su apresuramiento, tomó la primera vestimenta que encontró a su paso.

Sin saberlo, se vistió con las prendas de la tristeza y con ese nuevo manto, continuó su camino.

Por otro lado, la tristeza, con su paso medido y su serenidad eterna, disfrutó de cada momento en el estanque. Se sumergió en sus aguas con una calma que parecía eterna, permitiendo que cada gota le acariciara.

Una vez satisfecha, salió del agua, lentamente, sintiendo el paso del tiempo como un susurro. Al llegar a la orilla, descubrió que su ropa había desaparecido. Y si hay algo que la tristeza aborrece es sentirse expuesta, vulnerable. Sin otras opciones, se vistió con lo único que quedaba: las vestimentas de la furia.

Desde aquel día peculiar, se cuenta que en más de una ocasión nos topamos con la furia. Una furia que, ciega y desatada, parece desgarrar todo a su paso.

Sin embargo, si nos detenemos y observamos con cuidado, con esa paciencia que solo el alma sabia posee, descubrimos que detrás de esa máscara vehemente de la furia, se esconde, en realidad, la silente y profunda tristeza.

Este relato está basado en el libro «Cuentos para pensar» de Jorge Bucay, experto en revelar las intricadas facetas del espíritu humano mediante sus historias.

La Doble Cara de la Emoción

Dedica un momento a mirar más allá de la superficie, y encontrarás que la enérgica ira a menudo esconde un corazón plagado de tristeza silenciosa… leer más»»

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